viernes, 15 de mayo de 2009

Esfuerzos de Bancarización en Colombia


El Banco Agrario y ASSENDA, una empresa del Grupo Carvajal, unen esfuerzos para ampliar la red de bancarización en Colombia.

A partir de hoy y hasta el próximo 22 de mayo se realizan en Bogotá unas jornadas de bancarización que aprovechan la red social creada por el programa presidencial Acción Social para aumentar el porcentaje de población bancarizada. Esta integración de servicios representa un gran avance en el desarrollo de un sistema financiero inclusive, ya que está poniendo en práctica una estrategia que hasta el momento no se había visto en el país.

En efecto, las jornadas buscan que mediante los incentivos monetarios que integran el Programa de Familias en Acción, los beneficiarios de este se vean obligados a entrar al sistema financiero formal, lo entiendan y perciban sus ventajas. Así pues, el que hoy es beneficiario de los subsidios se acerca a los sitios establecidos previamente (en Bogotá se instaló el el Palacio de los Deportes) donde con la entrega de una fotocopia de su documento de identidad, dos formularios diligenciados y una vez se le haya tomado la huella digital, se le abre una cuenta bancaria, en donde a la postre le serán consignados los recursos pertenecientes al subsidio al que haya lugar.

Evidentemente las cuentas bancarias que se abran con este propósito reportan varios beneficios como por ejemplo: son exentas del Gravamen a los Movimientos Financieros (mayormente conocido como 4 x 1000), generan rendimientos, tienen derecho a dos (2) retiros al mes sin cargo por cajero automático y una (1) consulta de saldo al mes sin costo.

Los beneficios anteriores se potencializan al considerar la gran red de puntos de servicio en donde se pueden realizar las transacciones de estas cuentas: más de 1.000 cajeros automáticos, 228 corresponsales no bancarios, 735 oficinas del Banco Agrario, además de establecimientos de comercio - especialmente almacenes de cadena - en donde, además de poder efectuar compras con la tarjeta, se pueden hacer retiros en efectivo.

Dado que al abrir la cuenta se les hace entrega a los nuevos cuentahabientes de una tarjeta débito, en el mismo punto de apertura de las cuentas se desarrollan paralelamente cursos de capacitación sobre las medidas de seguridad que se deben tomar para evitar ser víctima de delitos en el uso de este instrumento.

Es de resaltar el esfuerzo que realizan tanto el Gobierno como la Empresa Privada para aumentar los índices de bancarización en el país, pues la importancia de generar sistemas financieros inclusivos está absolutamente comprobada.

Quisiera terminar haciendo un llamado para que se genere una cultura de honestidad y conciencia social alrededor de este tipo de cuentas. Si las entidades financieras que entren a ser parte de movimientos como este, empiezan poco a poco a tomar a sus nuevos clientes como una fuente inagotable de recursos, mediante el aumento o inclusión de nuevos cargos por el manejo de la cuenta o número de transacciones, la confianza en el sector financiero de la población objetivo, de por sí ya muy resquebrajada, va a verse afectada y en consecuencia intentos como el que hoy se expuso no van a tener cabida en nuevas iniciativas de bancarización. En esta misión deben intervenir como veedores las empresas privadas que, como ha demostrado Carvajal, están altamente interesadas y conocen la importancia de contar con una ciudadanía financieramente educada y bancarizada.

martes, 28 de abril de 2009

Desarrollo de las Microfinanzas en Países Desarrollados. Una Nueva Visión de Negocio


El desarrollo global de la microfinanzas requiere un cambio de mentalidad, no solo en los proveedores de servicios microfinancieros sino en la población atendida por éstos.

El pasado domingo el diario El País de España publicó un artículo denominado "Europa se resiste a acudir a los Microcréditos". En el se presentan los obstáculos que enfrenta el sector de las microfinanzas en Europa, especialmente dentro del marco de la crisis financiera actual.

Son tres los puntos que resalta el artículo: la burocracia reinante en los países europeos, la mentalidad propia de los ciudadanos y la escasez de recursos dada la crisis financiera. Frente a este último punto mucho es lo que se ha dicho en este blog sobre el particular. El hecho de que las donaciones como fuente de fondeo de actividades microfinancieras se haya reducido, más que un obstáculo es una oportunidad de salir al mercado a conseguir recursos de inversionistas que busquen el doble propósito de cumplir un objetivo social, al tiempo que encuentran una inversión segura en términos de riesgo-recompensa.

En lo que se refiere a la burocracia europea, El País argumenta que la regulación se encuentra algo cerrada de suerte que la posibilidad de extender créditos por entidades distintas a los Bancos es bastante limitada. Sin duda, este es uno de los puntos que reviste mayor importancia para permitir la extensión de las microfinanzas en cualquier lugar del mundo. Si no existe un ambiente regulatorio adecuado para permitir a Instituciones Microfinancieras desarrollar su objeto de manera pública, adecuada y legal, es prácticamente imposible atender las necesidades de la población que tradicionalmente ha sido ignorada por la banca tradicional.

Pero en lo que realmente quisiera ahondar hoy es la mentalidad de la población de países desarrollados frente a la teoría de los negocios que deben ser promovidos vía microcréditos. El artículo de El País textualmente dice: "... la propia mentalidad de sus ciudadanos frena el desarrollo de las pequeñas ayudas. 'No se dan cuenta lo agradable que es ser tu propio jefe. Prefieren barrer el hangar de Airbus a crear su propio negocio'." Considero que este problema está causado por dos situaciones: el costo medio de crear empresa en países desarrollados y la existencia de grandes empresas empleadoras en los mismos.

Mientras que el artículo resalta a una mujer que en República Dominicana pudo crear negocio con €630, manifiesta que para los europeos el costo medio de constituir una microempresa asciende a €11,000. Así las cosas, el riesgo asumido por un latinoamericano no es en absoluto comparable al riesgo de un europeo. Aún teniendo en cuenta que el costo de vida en Europa es superior, en términos puramente económicos resulta más económico hacer empresa en Latinoamérica. Lo anterior implica que iniciar un negocio es una opción que se muestra más concreta en Bolivia, Colombia, Ecuador u otro país Latino que en Europa.

De otra parte, Europa siempre ha contado con grandes empresas que han servido para dar un nivel alto de seguridad en términos de estabilidad laboral. Por lo tanto, la mayoría de los ciudadanos no se han visto obligados a buscar fuentes alternas de ingreso, como si han tenido que hacer muchos latinoamericanos a causa de la inestabilidad económica de las empresas locales.

La conclusión que queda de todo lo anterior puede resumirse en una palabra que en muchos artículos anteriores hemos resaltado: Confianza. De una parte debe promoverse la confianza de los inversionistas en el sector de las microfinanzas, pero más allá de eso hay que impulsar la confianza de los ciudadanos en ellos mismos para fomentar la creación de empresas pequeñas. Esto no solo beneficia a los nacientes empresarios, sino que los pequeños negocios tienen mucha mayor capacidad de ajustarse a nuevas condiciones económicas que pueden desatarse en situaciones de crisis financiera y así se ayuda a la economía general de los estados. Así pues, el cambio de mentalidad no solo debe venir de los inversionistas y de los organismos del Estado vía regulación y supervisión, sino que es imperativo que la sociedad misma promueva iniciativas independientes de negocio para llegar a consolidar a las microfinanzas como una herramienta de salida a la crisis mundial.

jueves, 12 de marzo de 2009

¿Cómo Reducir los Intereses de los Microcréditos?


Un documento publicado recientemente demuestra cuales son los principales factores que componen el interés de los microcréditos. ¿Cómo usar esta información en beneficio de los microususarios?

Hace poco encontré un documento publicado por CGAP que se encuentra muy en línea con un artículo que publiqué anteriormente (¿Cuánto es Demasiado?). Mi artículo estaba relacionado con la necesidad de buscar distintas fuentes de recursos para las microfinanzas sin que ello signifique ofrecer un "excesivo" retorno para los inversionistas, con miras a ampliar la atracción de las microfinanzas como inversión.

Por su parte, el paper de CGAP expone los resultados de una investigación realizada por Richard Rosenberg, Adrian González y Sushma Narain (Are Microcredit Interest Rates Excessive?). Los investigadores tomaron información de los años 2003 a 2006 relativa a las tasas cobradas por las IMF y los componentes de las mismas. Posteriormente se compararon estos costos con otros que las personas de bajos ingresos pagaban, estos fueron los principales resultados:
  • La tasa promedio de IMF sostenibles en 2006 resultó ser de 26%
  • En el período estudiado el promedio de las tasas bajó en 2.3%
  •  De 36 países analizados, sólo en 7 las tasas de microcréditos eran mayores a las tasas de créditos de consumo y tarjetas de crédito.
  • Las tasas cobradas por prestamistas informales, en la mayoría de los casos, resultaban muy por encima de las cobradas por IMF.
  • Las tasas cobradas por las instituciones cooperativas de ahorro (credit unions) resultaban menores que las de las IMF únicamente cuando la entidad no atendía el sector objetivo de las microfinanzas. Cuando la Cooperativa prestaba servicios financieros a los microusuarios las tasas de interés eran iguales o mayores que las cobradas por las IMF.
De lo anterior resultan varias conclusiones. En primer término se evidencia que el caso del Banco Compartamos en México, que causó gran revuelo por cobrar tasas promedio de 85%, es absolutamente aislado. De la investigación realizada resultó que solo el 1% de los usuarios pagaban tasas así de elevadas. Además, durante los 3 años comprendidos en la investigación, las tasas bajaron a un ritmo más rápido que las cobradas por la Banca tradicional. Finalmente, el hecho de que las cooperativas financieras cobren tasas similares cuando atienden a microusuarios indica que ese es el costo de atender a dicha población y no, como argumentan muchos, que los costos de los microcréditos obedecen a una manera de explotar a la población de bajos recursos.

Ahora bien, de que se componen las tasas cobradas por los microcréditos. El estudio demuestra que el mayor contribuyente a la tasa de interés son los costos administrativos (11% en promedio), seguido por el costo de fondeo de los créditos (8%). En los dos últimos lugares están las provisiones por pérdida (Loan Loss Reserves) con un 1.9% para 2006 y el retorno de la inversión.

Este último punto merece especial atención por varios aspectos. Para microcréditos resultó que en promedio el portafolio genera mayor rentabilidad comparado con los activos, pero menor ganancia si se relaciona con el capital. Esto implica que aunque las microfinanzas se presentan como un buen negocio, la ganancia para los inversionistas es menor. Sin embargo, lo que resulta de mayor relevancia es que si se decidiera eliminar completamente el retorno en negocios de microfinanzas la tasa en promedio solo bajaría por menos de un séptimo (1/7). Así que los argumentos que se presentan de las microfinanzas como herramientas de explotación quedan desvirtuados.

Falta aplicar estos resultados a la realidad para determinar que puede hacerse para hacer la operación de los microcréditos más efectiva y en consecuencia atraer inversión. Evidentemente se deben reducir los costos administrativos mediante la profesionalización de los administradores. Esto únicamente puede realizarse generando economías de escala, que a su turno requiere manejar un mayor volumen de usuarios. Lo segundo que es imperativo aplicar es darle mayor manejo a las IMF para controlar los costos del fondeo de los créditos.

La respuesta a los dos elementos planteados es simple: Captación de Ahorro. No obstante, el sistema financiero presenta una falencia que impide la baja de los intereses mediante la masificación del servicio a través del microahorro. En efecto, solicitar una autorización para captar recursos del público obligatoriamente requiere convertir a la entidad solicitante en una institución con ánimo de lucro. Esto va en clara contravía al espíritu de las IMF.

Así las cosas, reiterando lo ya dicho tantas veces en este blog, es imperativo estructurar un esquema regulatorio que le permita a las entidades Microfinancieras prestar servicios de ahorro sin que ello signifique incurrir en los costos que esto genera. Con lo anterior no quiero proponer una flexibilización total de las normas financieras, que en algunos casos puede derivar en abrir puertas para mentes inescrupulosas, sino normatividad dirigida exclusivamente al desarrollo de las IMF.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Recientes Avances y Oportunidades para el Fomento de las Microfinanzas


Iniciativas gubernamentales y legislativas abren nuevos campos para el desarrollo del negocio Microfinanciero.

En la última semana se divulgaron tres hechos que, cada uno a su manera, pueden servir como fundamento para dar un impulso a las Microfinanzas. Si bien el espíritu de dos de ellos no pareciera ser apoyar directamente el acceso a servicios financieros para la población de bajos ingresos, si se toman como oportunidades abiertas seguramente serán de gran beneficio para las personas de los estratos más bajos.

Empecemos por el que si está expresamente dirigido a la población objetivo de las microfinanzas. La Banca de las Oportunidades, un programa gubernamental dirigido a aumentar el acceso a servicios financieros, está considerando poner en marcha un plan de tarjetas de crédito dirigido a mujeres de los niveles SISBEN 1 y 2. Esta tarjeta funcionaría igual que la ofrecida por CODENSA, y que fue objeto de mi artículo anterior. Es decir, existiría un convenio entre la Banca de las Oportunidades y almacenes de cadena, para que éstos ofrecieran la posibilidad de adquirir mediante la tarjeta algunos de sus productos, de tal manera que se puedan pagar en cuotas periódicas.

El segundo de los eventos a los que hacemos referencia tiene que ver con la expedición del Decreto 525 del 23 de febrero de 2009 cuyos efectos entrarán en vigencia el 23 de abril. Mediante este texto, el Gobierno Nacional beneficia a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPYME) con la gradualidad en el pago de aportes parafiscales en sus primeros tres años de vida. Los aportes parafiscales, que están dirigidos al Servicio Nacional de Aprendizaje -SENA-, al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar -ICBF- y a las Cajas de Compensación Familiar, tendrán un descuento del 75% para el primer año, 50% para el segundo y 25% para el tercero. Después del cuarto año de existencia la MiPYME deberán pagar el 100% de las cuotas por este concepto.

Finalmente, quiero referirme a lo que dispuso la Ley 1150 de 2007 frente a la exención del pago de aportes a pensión para trabajadores independientes que devenguen menos de un salario mínimo y que, de acuerdo con el Ministerio de Protección Social, empezará a regir en los primeros días del mes de abril. En efecto, la norma dispone que aquellas personas cuyos ingresos no superen los $496.900 pesos (algo mas de US $200) y que no se encuentren vinculados a la nómina de alguna empresa no tendrán la carga obligatoria de aportar un porcentaje fijo a los fondos de pensiones, sino que podrán aportar de acuerdo con su capacidad.

Pero, ¿en qué afecta (o mejor, beneficia) todo lo anterior a las Microfinanzas? Para el primero de los casos la respuesta es sencilla: el acceso al crédito siempre será una buena opción para que las personas de estratos bajos suplan sus necesidades de corto plazo mediante la amortización periódica en la adquisición de los productos. Evidentemente esto debe ir acompañado de campañas de alfabetización financiera para evitar excesos en el uso de las tarjetas y que ellas cumplan su propósito de servir como vías de acceso a productos de primera necesidad.

El Decreto encaminado a aliviar a las MiPYME de los gastos parafiscales, de una parte hace más fácil, económicamente hablando, el surgimiento de microempresas, pues la reducción de gastos permite invertir en la producción o expansión del negocio haciéndolo más rentable en las primeras etapas que, por lo general, son las más difíciles. Adicionalmente, se fomenta la formalización de las empresas ya constituidas, lo cual les permite acceder a productos financieros que las benefician en la medida en que les otorgan cierto tipo de estabilidad económica a la que no tendrían como llegar de seguir siendo informales.

Por último, el que se permita a las personas con bajos ingresos el no aportar a pensión si bien tiene un fundamento teórico sólido, creo que en la práctica no va a reportar los beneficios que se quieren. El aporte a pensiones nunca va a ser visto como una inversión viable pues los beneficios de dichos aportes solo se verán en el futuro. Los trabajadores, especialmente aquellos que cuentan con recursos tan limitados, siempre tienen como prioridad suplir sus necesidades inmediatas y obligatoriamente deben hacerlo así pues por ahorrar un dinero que solo verán dentro de 20 años no pueden dejar de alimentar a sus hijos. En este orden, si a un individuo con ingresos de US$200/mes se le da la opción de no ahorrar seguramente la tomará. No por ello debe resignarse a ofrecerle a esa persona otra vía para ahorrar, a menor término, pero ahorrar al fin. Así las cosas, reitero la importancia de ofrecer productos de ahorro para los segmentos de bajos ingresos, pero no de cualquier tipo de ahorro sino uno que les permita suplir sus necesidades en el corto plazo y que no tenga la etiqueta de obligatorio. En conclusión, debe estructurarse la oferta de cuentas o depósitos que estén al alcance de esta población a la vez que se acomoden a sus necesidades de gasto. 

miércoles, 25 de febrero de 2009

El Ofrecimiento de Productos Financieros por Empresas de Servicios Públicos, Fuente de Oportunidades



Al analizar los niveles de cartera alcanzados por las Empresas de Servicios Públicos Domiciliarios en los últimos años, se hacen evidentes nuevas vías para atender a la base de la pirámide.

En el año 2001 CODENSA lanzó en Bogotá un programa de financiación de electrodomésticos y mejoras para el hogar mediante la factura de la energía que hoy se ha convertido en uno de los pilares de las microfinanzas colombianas. La facilidad de acceder a estos créditos, los pocos requisitos que se deben cumplir para ello, el hecho de que no se necesiten garantías y la facilidad para su pago han hecho de esta una herramienta de financiación única para los más pobres.

Crédito Fácil CODENSA, como se denomina el programa de financiación, funciona como una tarjeta de crédito rotativo. El usuario del servicio de energía solicita la tarjeta, para lo cual necesita probar que tiene ingresos superiores a un salario mínimo, la factura de energía y de teléfono, 2 referencias familiares y 2 personales. Una vez esta le es entregada, el individuo se puede acercar a cualquiera de los más de 250 puntos de venta con los cuales CODENSA tiene convenio y adquirir productos de ciertas marcas, los cuales pueden ser financiados hasta 48 meses por un monto igual a 4 veces su salario.

Este esquema le ha permitido a la Empresa de Servicios Públicos colocar 700.000 créditos que sumados alcanzan un valor de $350 millones de dólares. Comparado con las cifras del sector bancario colombiano, la cartera de CODENSA representa entre el 15 y 20% de las mayores entidades colocadoras de créditos de consumo (Ver recuadro. Tomado de Revista Dinero).

Además de ser una excelente oportunidad para los usuarios de tener una fuente de crédito a la cual pueden acceder fácilmente, el esquema aplicado por CODENSA configura una oportunidad de negocio única para estas empresas que por cuenta de su actividad cuentan con una gran base social. En efecto, pocas actividades económicas tienen un alcance tan grande como los servicios públicos. Y aún si cuentan con tal número de clientes es difícil tener una concepción sobre su nivel de riesgo, como si lo pueden hacer las empresas prestadoras de servicios públicos tomando en consideración el comportamiento de los usuarios en el pago del servicio.

El éxito de la estructura causó que otras empresas de servicios la implementaran entre sus clientes. Es así como hoy por hoy Promigas en la costa atlántica y las Empresas Públicas de Medellín -EPM- en el Departamento de Antioquia cuentan con planes similares al de Bogotá.

Junto con el crecimiento de este segmento de negocio viene el riesgo financiero propio de la extensión de créditos, que en escenarios de crisis se magnifica. Adicionalmente, la exposición de estas empresas es aún mayor que la de las entidades financieras sencillamente porque se están adentrando en un esquema profundamente financiero en el cual no son profesionales y es posible que la administración del riesgo se salga de sus manos. Por esta razón es que CODENSA ha empezado la búsqueda de alternativas para seguir creciendo en el negocio, sin que ello signifique seguir asumiendo riesgos financieros. Adicionalmente se dice que el objetivo de CODENSA es dejar el fondeo de los créditos a entidades financieras, quedándose con el negocio de la originación de los mismos.

Es este un buen momento para empezar a pensar en alianzas estratégicas entre las entidades financieras y las entidades prestadoras de servicios públicos (y por qué no empresas de telefonía celular) para echar mano de las bases sociales de las segundas y de la profesionalización en la administración de riesgo de aquellas y lograr así una profundización de los servicios financieros que en última instancia a todos nos conviene.

jueves, 19 de febrero de 2009

Fundación Bill y Melinda Gates concentrados en Microahorro y Banca Móvil


Con un aporte de $12.5 millones de dólares la Fundación Gates busca promover el ahorro para los más pobres usando tecnología celular.

El martes pasado fue lanzado el programa Mobile Money for the Unbanked (MMU) en el marco del Congreso Mundial de GSMA, la asociación que representa los intereses de la industria de las comunicaciones en el mundo. El programa MMU apunta a bancarizar a la población que vive bajo la línea de pobreza haciendo uso de la expansión de las redes celulares. En efecto, como lo manifestó Ignacio Mas, experto en servicios financieros para pobres de la Fundación Gates: "Solo el 10% de la población tiene cuentas bancarias... en contraste, 35% de los africanos tienen teléfonos celulares y la penetración se espera que crezca, haciendo del teléfono celular una potencial herramienta para ayudarle a los pobres ahorrar."

El problema de ahorro de los pobres, afirma Mas, no es que no posean los recursos para ahorrar, sino que su ingreso es errático. Es posible que ayer una persona haya tenido $4 dólares de ingreso, hoy $2 y mañana $0. Comúnmente los recursos que no son usados son guardados en la casa o son entregados a un pariente cercano o a un amigo de confianza en custodia, con todos los riesgos y peligros que ello conlleva. Teniendo esto en cuenta el MMU quiere que este dinero se canalice al sector financiero mediante el registro de este ahorro en una tienda local que a la postre es el intermediario entre la persona y la entidad financiera.

Así entonces, quien tenga capacidad de ahorro se acerca al "corresponsal no bancario", entrega su dinero y mediante una secuencia de mensajes enviados por la red móvil el dinero entregado le es asignado a su número de cuenta y consecuentemente esa misma cantidad se resta de la cuenta del tendero. En algunos casos el número de cuenta puede ser el mismo que el número del teléfono celular.

El programa MMU será aplicado en Africa, Asia y Sur América y está basado en un exitoso modelo aplicado en Kenya en donde en algo más de 2 años se han logrado crear 5 millones de cuentas móviles "la misma cantidad de clientes que la banca tradicional ha creado en 50 años", afirma Mas.

El objetivo del MMU es que para 2012, 20 millones de personas anteriormente no bancarizadas estén haciendo uso de servicios financieros vía teléfonos móviles.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Proyecto de Investigación. Segunda Entrega: El Problema de la Autosuficiencia de las IMF


La tensión entre expansión del servicio y viabilidad financiera representa el reto más importante para las nacientes Instituciones Microfinancieras (IMF)

No se requiere efectuar operaciones matemáticas complicadas para concluir que es mucho más económico hacer un préstamo de $10,000 a una sola persona que diez préstamos de $1,000. Evidentemente, los costos para el segundo de los casos se incrementan desde el proceso de originación del crédito. En vez de uno se necesitan diez análisis de riesgo correspondientes a cada uno de los potenciales deudores. Posteriormente los costos de seguimiento, monitoreo y cobranza de los créditos hacen que el margen de intermediación del prestamista sea mayor para que este pueda alcanzar su punto de equilibrio.

Si a lo anterior se le suman factores propios de la dificultad de llegar a áreas rurales para proveer servicios de crédito, lo cual aumenta los costos, y la falta de garantías, que expone al prestamista a un riesgo mayor que necesariamente debe ser recompensado, implica el establecimiento de una tasa de interés más alta que un crédito comercial. Como si fuera poco a esto se le debe sumar el hecho de que el interés es la única fuente de ingreso de las IMF y que ellas además deben propender por incrementar su capital de cara a expandir su alcance.

Todo lo dicho ha sido base de crítica para las microfinanzas, principalmente porque resulta paradójico que sean los más pobres quienes deban pagar el precio más alto por los productos financieros. De otra parte, se han expuesto argumentos para declarar la imposibilidad de que exista una IMF que no reciba donaciones y aún así sea sostenible.

No obstante todos los problemas expuestos, lo cierto es que las IMF tienen que buscar métodos de sostenibilidad a largo plazo para que esto les permita cumplir su doble propósito de proveer servicios financieros a la base de la pirámide y además ser económicamente viables. Resulta claro que la tarea puede ser más fácil para las IMF que están debidamente autorizadas para captar recursos, pero independientemente de su fuente de recursos la institución no puede operar a pérdida.

Se estima que únicamente el 4% del mercado microfinanciero compuesto por 300 billones de personas, está cubierto (Thomas Kostigen, Marketwatch). Ante estos números queda claro que lo que se necesita es financiación de bajo costo para las IMF con miras a que estas puedan ofrecer servicios financieros a más personas, más eficientemente. En tiempos de crisis el acceso a recursos se dificulta, pero esto no puede convertirse en una barrera para que el movimiento microfinanciero continúe su curso. Es momento de acudir a mercados que en muchos países, entre ellos Colombia, no han sido suficientemente explorados y crear instrumentos que atraigan la atención de nuevos inversionistas, no donantes!!!

En palabras del Nobel Yunus: "La filantropía tradicional generan trabajo social, pero sus programas no están diseñados como modelos de negocio autosostenibles. Un dólar de caridad puede ser usado sólo una vez. Un dólar invertido en un negocio social autosostenible es reciclado sin fin."

En la próxima entrega expondré algunas de las experiencias internacionales de organizaciones microfinancieras que han salido al mercado de valores en busca de nuevos recursos para financiar sus actividades.